viernes, 19 de marzo de 2010

Cátedra Extraordinaria Juan Ruiz de Alarcón y varios

Simposio Aniversarios "Alfonso Reyes-Juan Ruiz de Alarcón", nov. 2009
Taxco desde la sacristía de Santa Prisca

José Luis Talancón, el famoso libro alarconiano y el pozole

Cátedra Extraordinaria Juan Ruiz de Alarcón 2009 (Coord. Dra. Margarita Peña)

El sublime Juan Ruiz de Alarcón y su "Cátedra Extraordinaria", mayo 2009
El hombre verde y yo. Comité 68, 2009
(¿ un personaje alarconiano?)

Homenaje a Margarita Peña, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

12-13 de febrero de 2009
Homenaje por 40 años de Trayectoria Universitaria (1969-2009)

lunes, 23 de marzo de 2009

Juan Ruiz de Alarcón:el "personaje"

RECONSTRUCCIÓN DEL “PERSONAJE” JUAN RUIZ DE ALARCÓN:
PUNTUALIZACIONES Y CONCLUSIONES
Me propongo en este trabajo, a partir del examen de documentos poco conocidos localizados a lo largo de varios años de investigación en bibliotecas y archivos, así como de una nueva lectura de varias de las comedias del novohispano Juan Ruiz de Alarcón, establecer hipótesis en algunos aspectos relativos al dramaturgo: fecha y lugar de nacimiento del poeta ( usando “poeta” en el sentido genérico en que se usaba en los Siglos de Oro); el origen judeo-converso, la inclinación a retratarse en sus personajes dramáticos, alterando de paso, la verdad respecto a sí mismo. Lo anterior da como resultado el surgimiento de un nuevo autor, distinto del que conocemos a través de historias de la literatura, manuales y estudios diversos. Al realizar esta labor de reconstrucción documental, pretendo desmitificar al dramaturgo, rescatarlo de un perfil reiterativo y acartonado al que lo confinó la crítica de la primera mitad del XX que partía de la del siglo XIX, a través de la enmienda de fechas y datos diversos, abriendo nuevas vías para la exégesis alarconiana. Para esto es necesario desbrozar la cuestión punto por punto. Vayamos, en primer término al del sitio en donde Ruiz de Alarcón vino al mundo, a los orígenes del autor.

La fecha y el lugar de nacimiento
Es este un apartado que durante largo tiempo estuvo presidido por el error. A Ruiz de Alarcón, desde la biografía de Luis Fernández-Guerra y Orbe, del año 18710 se le consideró nacido -sin que se mencione el documento que sustenta la afirmación- hacia 1580, 1581, en la ciudad de México. En los años de 1930 y subsecuentes, el primer acercamiento hacia una fecha distinta se consigna en la obra de Julio Jiménez Rueda. Establece la posibilidad de que Alarcón haya nacido entre 1573 y 1574, y no hacia 1580-81 como se había venido creyendo; que hubiera cursado estudios en la Facultad de Artes a los catorce años, y no a los once, así como que naciera en Taxco, y no en México, adonde la familia debió emigrar en 1581, cuando las minas de Taxco estaban prácticamente agotadas. Las hipótesis de Jiménez Rueda se verán confirmadas con la publicación de la fe de bautismo del dramaturgo -documento que había circulado de mano en mano en la comunidad de Taxco, Guerrero, durante años- por el cronista taxqueño Leopoldo Carranco Cardoso. Refuta éste a Luis Fernández-Guerra y Orbe, el primer biógrafo de Ruiz de Alarcón, y afirma a que el poeta nació en el Real de Minas de Tetelcuitlalcinco, situado en la región de Teotlalco, que hoy corresponde al territorio del distrito judicial de Alarcón del Estado de Guerrero, cuya capital era la ciudad de Tlalco, hoy conocida como Taxco el Viejo.
En el Capítulo 32 de su libro Juan Ruiz de A larcón, el suriano mexicano...,, transcribe la copia de la fe de bautismo de Alarcón, que le fue entregada por el Dr. Lauro Flores, la que dice como sigue:
"en treinta de diciembre de mil y quinientos setenta y dos años alonso torquemada semanero en la region de tachco bautise en la ermita de la santa veracruz real de minas de tetelcingo a juan hijo de po. ruiz de alarcon y leonor de mendoza su muger, fueron testigos jose de cabra y maria josefa su muger.- cura semanero alonso de torquemada."

Abunda Carranco Cardoso en la información indicando que “el documento original se encontraba en la diócesis de Chilapa, de donde fue sacado por el [canónigo] don Severo Rodríguez, quien lo entregó al Dr. Lauro Flores, el cual transmitió noticia del hallazgo y una copia a Leopoldo Carranco”.
Nos encontramos ante datos que pueden cosiderarse fehacientes por provenir de un investigador, Carranco Cardoso, que trabajó in situ, en el lugar de los hechos. Considero que lo relativo a la fe de bautismo que pretende documentar el nacimiento de Alarcón en los finales del año de 1572, ilumina la biografía, aumentando 8 o 9 años a la edad supuesta de Alarcón, modificando la cronología alarconiana. Éste no habría venido al mundo en 1580-81, como se ha afirmado, sino en 1572. Vuelve creíble también que para 1600, Alarcón (a los 28 y no a los 20) hubiera ya cursado cuatro años de estudios universitarios en la Universidad de México, más bien un tanto retrasado por causa, posiblemente de las limitaciones para asistir a las aulas y cursar estudios determinadas por el problema físico de la doble joroba, y no inexplicablemente precoz, como lo sería de tener nueve años menos. Estudios que va a continuar (no los va a iniciar) en la Universidad de Salamanca. Así, la gran diferencia de edad con Lope de Vega (nacido en 1562) se acortaría en diez años. Nos parece que resulta mucho más lógica la rivalidad entre dos autores entre los que media una década, que entre un autor viejo y otro mucho más joven, con casi veinte años de diferencia (si diéramos por buena la fecha de 1580, 81 para el nacimiento del mexicano). Por lo demás, la imagen de un hombre viejo, cansado, que se aparta de los escenarios y corrales en 1623, recreada por Willard F. King en los dos últimos capítulos de su libro Juan Ruiz de Alarcón, letrado y dramaturgo. Su mundo mexicano y español , se aísla parcialmente desde 1630, deja de asistir a las sesiones del Consejo de Indias desde el año de 1638 para morir en agosto de 1639, corresponde más a un hombre de 67 años que a uno de 58 o 59.
No olvidemos que la certeza de la fecha de nacimiento de 1580, 1581, aceptada unánimemente por los biógrafos del siglo XX ( Antonio Castro Leal, Willard King, entre otros), podría provenir de suposiciones de buena fe basadas en el dato repetido hasta el cansancio por una crítica alarconiana que no acude a las fuentes documentales- de que la familia se traslada a la capital hacia 1580.
Profundizando en el asunto, lo medular, nos parece, es la razón por la cual el dramaturgo se restaba nada menos que nueve años y aseguraba haber nacido en la ciudad de México. Cabría suponer que Alarcón pudo falsear el dato de su edad porque los años se le venían encima y él se mantenía "pretendiendo" en la administración virreinal, o solicitando posteriormente un puesto en el Madrid de los Austrias, sin lograrlo. Por otra parte, decir que había nacido en la ciudad de México, -como se consigna en los libro de matrícula de la Universidad de Salamanca que he podido consultar - otorgaba más prestigio que declarar un nacimiento en el recóndito pueblo de Tetelcingo, desconocido para peninsulares de Salamanca o de Madrid. Pero Ruiz de Alarcón mantuvo su verdadera edad como una incógnita ya desde la temprana época de sus estudios salmantinos (1600-1604). Muestra de ello es la ambigua declaración de que tiene más de veinte años y menos de veinticinco, asentada en una carta poder que firma ante notario, en Salamanca, en 1602. Existió pues, un motivo más profundo que las meras coyunturas circunstanciales.
Si nos atenemos a la fecha de nacimiento de 1572, el niño Juan tendría ocho o nueve años para cuando la familia Ruiz de Alarcón-Mendoza abandona Taxco y se instala en la ciudad de México. Es posible que haya sido el traslado, el momento en que el pequeño Juan inicia una nueva vida en la ciudad, a lo que él se refería en sentido metafórico al indicar, en los libros de matrícula de la Universidad de Salamanca, el lugar de su nacimiento; y la fecha, en declaraciones notariales inciertas. Porque no sería difícil que para negar un defecto físico que se volvía cada vez más evidente, hubiera sido ocultado por su familia durante su primera infancia, como era costumbre en algunos pueblos de la Nueva España. Así, será, en la ciudad de México en donde, con el tiempo, hará estudios universitarios y seguramente, verá comedias; es decir, en donde ocho o nueve años después de haber nacido (1572), realmente,"nacerá" a la vida (1580, 81). Por lo demás, es evidente que presencias infantiles fantasmagóricas de indios utilizados como acémilas, y mineros taumaturgos ( el propio abuelo del poeta, Hernán Hernández de Cazalla; el legendario Luis de Castilla, del que se decía que comía en vajillas de plata), transmutados en personajes teatrales, poblarán comedias como El Anticristo, La cueva de Salamanca, Quien mal anda en mal acaba .
Juan, el primogénito de cinco hermanos, fue bautizado el 30 de diciembre de 1572. Las costumbres de la época explican que se le haya dado el nombre de un santo prominente próximo en el santoral (San Juan Evangelista, 27 de diciembre), y que pese a ser el primer hijo de una pareja que había contraído matrimonio justos nueve meses antes del nacimiento (9 de marzo de 1572), no se le hubiera dado el nombre del padre. Quizás una posible malformación congénita del recién nacido apartara a los padres de esa idea. El nombre de aquél, Pedro, lo llevará el segundo hermano, nacido supuestamente entre 1573 y 1575. Así, Juan será virtualmente un segundón, como algunos de los personajes que con su problemática de hijos relegados a un segundo lugar aparecen en su teatro. Por lo que toca al encierro –patio trasero, cueva o socavón en el Taxco natal- La cueva de Salamanca, una de las primeras comedias, ilustra la temática del lugar cerrado que se convierte en espacio antropomórfico. Socavón como el de una mina, en donde el mago Enrique se refugia, huye del ruido del mundo y cultiva el conocimiento, las artes mágicas. En la lejana infancia alarconiana la cueva habría sido el sitio en el que el niño marginado se repliega en sí mismo, empieza, quizás, precozmente a aprender e incuba un trauma que aflorará ocasionalmente en su teatro. Como conclusión, fijar la verdadera cronología alarconiana no es sólo cuestión de establecer nuevas fechas, sino servirse de ellas para intentar explicar la complejidad psicológica del autor y la transmutación de ésta en materia teatral.

La cuestión del semitismo de la familia Ruiz de Alarcón
Un segundo punto a tratar en la reconstrucción del “personaje” Alarcón es el de su origen judeo-converso, oculto o, digamos, disimulado a lo largo de su vida por el dramaturgo. Con menor empeño que el asunto de la verdadera edad, pero soslayado, al fin y al cabo. En la zona de Tetelcingo, adonde llegaron Hernán Hernández de Cazalla y María de Mendoza, los abuelos, al mediar el siglo XVI, se se llegaron a formar núcleos de judíos conversos a los cuales perteneció la familia Carvajal, procesada y diezmada por la Inquisición al finalizar el siglo. De acuerdo con W. F. King, Hernán tuvo “ruidos”con el Santo Oficio presuntamente por malos manejos de dinero de la iglesia y por estar amancebado con una joven indígena. He podido comprobar que la noción de que el abuelo materno del poeta, el próspero minero Hernán Hernández de Cazalla, era un “hereje” judaizante sobrevivió en el imaginario colectivo de la zona de Taxco-Nochistepec- Tetipac, Pilcaya durante años. De ello da cuenta la denuncia ante la Inquisición del cura Andrés Girón en contra de Gaspar Ruiz de Alarcón, hermano del dramaturgo y cura de Nochistepec, por haber pronunciado un sermón con símiles inconvenientes (de indudable tono judaico) un Jueves de Corpus en el poblado de Teticpac; y para colmo, según reza la denuncia, contar entre sus antepasados a un “fulano” que había sido quemado por hereje, es decir, el abuelo minero Cazalla. El extremo opuesto en la tensa cuerda de la persecución y el miedo parece estar representado por otro de los hermanos del dramaturgo, Hernando Ruiz de Alarcón, quien, por el contrario, hizo gala, por momentos, de un celo religioso más que extremado en la persecución de las idolatrías y supersticiones de los indígenas, que lo llevaba a organizar remedos de autos de fe y quemas de ídolos, a perseguir a los supersticiosos y a escribir un tratado sobre el tema por orden del arzobispo Pérez de la Serna. Tenemos así, por un lado, a un cura laxo y por otro, a un implacable “fiscal” de indios obsesionado seguramente por disipar sospechas de judaísmo sobre su persona, agradando por todos los medios a las autoridades eclesiásticas y al Santo Tribunal. En el medio gravita Juan, discreto y racional, ocultando cuidadosamente el origen supuestamente vergonzante a lo largo de una existencia azarosa entre dos mundos; lidiando no sólo con la doble joroba sino con un físico de tipo claramente semita que lo denuncia, y que queda de manifiesto en las declaraciones de testigos vertidas en ocasión de solicitar la licencia para volver de España a Indias en 1607 y luego, cuando la flota no zarpa en virtud del asalto por los piratas holandeses, de nuevo en 1608. Alarcón, dicen los testigos, es un hombre pequeño, blanco de rostro, pecoso, pelirrojo, además de corcovado. Proporciona el testimonio, entre otros, Juan Carmona Tamariz, joven perteneciente al clan de los Carmona Tamariz, judeo-conversos prominentes de la ciudad de Puebla, en la Nueva España. A lo largo de su existencia, Alarcón buscará protección en la amistad de miembros de familias judeo-conversas como la citada, y la de los León Pinelo: Antonio de León Pinelo, el Gran Canciller de Indias, funge como albacea en el testamento del poeta, dictado ante el notario Lucas del Pozo , el 1º. de agosto de 1639. En cuanto a la proyección en su teatro de esta realidad represiva (manifiesta en autos de fe de los que el dramaturgo debió tener noticia ) , habría que releer a nueva luz El Anticristo, curiosa obra de carácter mesiánico en la que conviven cristianos y musulmanes (según King, la abuela paterna de Alarcón fue una esclava mora) para examinar la postura exacta del dramaturgo, estratégicamente discreta, hábilmente simuladora de su origen étnico y demostrativa de su ortodoxia cristiana. Comedia en la que Jaime Concha ha creído entrever asimismo traumas de infancia: la mala relación con la madre, Leonor de Mendoza, en el personaje de la madre del Anticristo, violada y luego despeñada por éste. Es de suponer que el haber dado a luz un hijo que con el tiempo se definiría como contrahecho debió haber causado pesadumbre y problemas a esa mujer de cierta alcurnia, casada con un descendiente de hidalgos conquenses como fue Pedro Ruiz de Alarcón, en una época en que solía pensarse que los niños defectuosos eran producto de relaciones carnales de la madre con el demonio. Y esto redundaría, posiblemente, en conflictos con el hijo. ¿Hasta qué punto la deformidad física y la relación difícil con Leonor de Mendoza, el sufrimiento y enojo del niño, las culpas consecuentes, llevarían al autor a verse a sí mismo, ya de adulto, como el “Decacornu” de la comedia , como un monstruo digno de castigo? En una catarsis necesaria, Juan se metamorfosea en El Anticristo, el que subvierte el orden y crea el caos (familiar, podríamos añadir). Así como en Las paredes oyen se retratará en el personaje de don Juan, de “mal talle” y que, sin embargo, por sus virtudes morales, gana a la dama y derrota a don Mendo, el galán bello y maledicente. Curiosa réplica del Conde de Villamediana, quien fuera objeto a su muerte trágica, en 1622, de unas virulentas décimas redactadas por Alarcón. Es evidente que realidad, biografía y ficción; verdad y mentira, se trenzan en el ámbito de la comedia.

Elpunto del concubinato con Ángela de Cervantes.
El autor, exponente de una ética que entroniza la verdad, ejemplificada en gran número de comedias, hubo de mentir, como cualquiera, obligado, o no, por las circunstancias. A lo relativo al lugar y fecha de nacimiento, al ocultamiento de la identidad judía, se suma el disimulo respecto a su condición de amancebado con Ángela de Cervantes, entre los años de 1616 y 1636. El escepticismo que debió causarle un matrimonio conflictivo como pudo ser el de sus padres fue quizás la razón de que se mantuviera soltero, unido a otro motivo más: la posibilidad de ordenarse en caso de suma necesidad pecuniaria, ya que había recibido el grado de Bachiller en Cánones en la Universidad de Salamanca en el mes de octubre de 1600, apenas desembarcado de la nave que lo llevó a España. Como es sabido, procreó con Ángela una hija, Lorenza de Alarcón, bautizada el 6 de enero de 1617 en Piqueras, La Mancha, a quien casó con un pariente, Fernando Girón de Buedo, de Barchín del Hoyo, manchego también, y a quien heredó la mayor parte de sus bienes (King, pp. 160-161). La discreción y el silencio definen la relación con su concubina, aunque se sabe que hacían vida de familia, por lo menos en sus viajes a las posesiones manchegas, heredadas del padre, Pedro Ruiz de Alarcón. Si deseaba ser bien recibido por una comunidad aldeana debió intentar, por lo menos, fingir estar casado, ya que el amancebamiento era delito castigado por el Tribunal del Santo Oficio.
El tópico del fingimiento, del engaño opuesto a la verdad, característico de la comedia de enredo, adopta en su teatro una dimensión existencial, autobiográfica y se vuelve leit motif. Son varias las comedias que dan cuenta de ello desde el título mismo, a saber: La verdad sospechosa, Los empeños de un engaño, Siempre ayuda la verdad (en posible colaboración con Tirso de Molina), El desdichado en fingir, El semejante a si mismo . En esta última predomina el tema de la propia identidad frente a la alteridad; de la aspiración a ser otro (metafóricamente libre de jorobas, de lastres raciales, de mala fortuna). El autor y sus diversas circunstancias se apoderan de la escena. Veamos sucintamente el ejemplo de La cueva de Salamanca.
La costumbre de retratarse en un personaje y de este modo introducirse en el ámbito de su comedia, pasando de autor a protagonista, ha sido señalada por la crítica, y es de pensarse, respecto a La cueva de Salamanca, que Alarcón pudiera ser el personaje llamado don Juan, en la comedia un antiguo estudiante, ahora casado y tranquilo, que no quiere participar en la especie de “huelga” de los jóvenes, pues su época de alumno revoltoso ha quedado atrás. Este dato de “joven recién casado [...]que ya ha sentado cabeza” ha llevado a W. F. King a deducir que la obra debió ser escrita posteriormente a 1617, época en que Alarcón vivía ya en compañía de Ángela de Cervantes. Discrepo en este punto y me atrevo a sugerir que la comedia haya sido comenzada hacia 1607, a fines de la primera estancia en la península y concluida en México, inmediatamente al regreso, con la visión de la Universidad aun en la retina, lo que da por resultado una de las obras más frescas de Alarcón. Y en cuanto a éste, no se descarta que pudiera haber llevado vida marital en Salamanca con alguna mujer que no debió ser Ángela. Recordemos que en esa primera estancia habitó largos ocho años en España, entre Salamanca y Sevilla, difíciles quizás de sobrellevar para un hombre con un defecto físico abrumador, que requería cuidados especiales, ayuda, ¿y de quién mejor que de una esposa...o de una concubina. En apoyo de lo anterior traigo a colación el dato curioso de que en la segunda licencia que solicita Alarcón en Sevilla para pasar a Indias en 1608, dos de los testigos presentados por él hacen hincapié en dos ocasiones, en que no es casado, no deja mujer (legítima, añadiríamos) en la península. Tal énfasis pudiera hacer sospechar exactamente lo contrario. Los testigos solían ser, generalmente, conocidos de aquél que los presentaba y tratarían de favorecerlo. Por otro lado, no faltarían a la verdad si la virtual mujer de Alarcón -quizás no esposa sino concubina, como lo sería más tarde Ángela- hubiera ya fallecido –o simplemente, desaparecido- para la fecha en que él zarpa de regreso a Indias. Una relación de tipo conyugal, más o menos clandestina en la vida del dramaturgo, de la que el personaje de la comedia se muestra, por lo demás, bastante satisfecho.
Alarcón incide como personaje igualmente en La verdad sospechosa. Tristán , criado de don García comentará en el Acto Primero, Escena Primera, como sin querer: “Oí,/ el tiempo que pretendía/ en palacio, astrología”. Es decir, “supe de, aprendí astrología”. En uno de los desdoblamientos acostumbrados del autor, que a veces se proyecta en varios de sus personajes en la misma comedia, podemos escuchar al propio Juan informándonos de una de las materias sobre las que logró instruirse, ya fuera en palacio (y esto nos indica que pudo haber “pretendido” un cargo en la Corte inmediatamente después de su llegada a Madrid, como lo sugiriera Luis Fernández-Guerra y Orbe), o bien durante su época universitaria. Porque Tristán dirá : “oí astrología...” . En palacio, en Madrid; o en Salamanca...
Dentro de la trama, Salamanca constituye el antecedente inmediato de la vida, los malos hábitos y la “ilustración” de don García, joven de buena familia, voluntarioso y mentiroso. Nos preguntamos: ¿acaso un remedo parcial del propio Alarcón? Y el castigo final, no lograr casarse con la mujer que ama, ¿una autocondenación simbólica del autor de la comedia por sus propias mentiras, que iniciaron quizás con la alteración de la fecha y lugar de nacimiento? Es posible que el éxito de la obra, que sedujo a dramaturgos peninsulares y extranjeros al punto de querer apropiársela, se haya debido a la intensidad del pathos encarnado en el personaje principal, que no es sino el propio pathos alarconiano. Apunto: no estamos ante la comedia simplemente reinvindicativa de la verdad y la virtud, que tanto alabó la crítica del siglo XVIII en adelante, sino ante un estallido incontenible de la problemática del autor quien seguramente, tras la catarsis, se limpia, se purifica. El didactismo de la obra –y del teatro alarconiano en general-, viene a ser así un elemento colateral, no un propósito rector. Ante nuestros ojos de lectores contemporáneos, tomando en cuenta las vicisitudes físicas y morales por las que Juan Ruiz de Alarcón pasó durante casi toda su existencia, el mentir y luego confesarlo, aun cuando fuera entre líneas en una trama barroca, lo redime, lo vuelve de carne y hueso, lo rescata del acartonamiento en que lo aprisionó una crítica forzadamente moralizante, reduccionista, que ahora parece, en algunos puntos, periclitada.
Quede este trabajo como síntesis de lo que los documentos de archivo, la lectura de sus comedias a nueva luz , y por ende, la reconstrucción del “personaje”, nos dicen Juan Ruiz de Alarcón y su mundo.


Margarita Peña
Facultad de Filosofía y Letras / UNAM

40 AÑOS DE TRAYECTORIA UNIVERSITARIA


SÍNTESIS CURRICULAR

DRA. MARGARITA PEÑA MUÑOZ


-DOCTORA EN LETRAS. PROFESORA-INVESTIGADORA DE TIEMPO COMPLETO EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UNAM DESDE 1969.MIEMBRO DEL SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES, NIVEL III.

- ESPECIALISTA EN LITERATURA NOVOHISPANA Y LITERATURA ESPAÑOLA DE LOS SIGLOS DE ORO. PROFESORA INVITADA EN LAS UNIVERSIDADES DE PUEBLA, CIUDAD JUÁREZ, SONORA Y UNIVERSIDAD VERACRUZANA; OTTAWA, INDIANA, CÁDIZ, SALAMANCA, UNIÓN DE ESCRITORES QUEBEQUENSES (MONTREAL), CENTRO INTERNACIONAL DE TRADUCCIÓN DE BANFF (CANADÁ) Y UNIVERSIDAD DE PEKÍN. INVESTIGADORA EN BIBLIOTECAS DE MÉXICO, ESTADOS UNIDOS, QUÉBEC, ESPAÑA, FRANCIA, INGLATERRA Y ALEMANIA.

-AUTORA DE MÁS DE 30 TÍTULOS DE ENSAYO, RESCATE DOCUMENTAL, EDICIONES CRÍTICAS, COMPILACIONES, ANTOLOGÍAS Y OBRAS DE CREACIÓN: EDICIÓN CRÍTICA DEL CANCIONERO NOVOHISPANO “FLORES DE BARIA POESÍA” (3 EDICIONES);“MOFARANDEL DE LOS ORÁCULOS DE APOLO” Y “LIBRO DEL JUEGO DE LAS SUERTES”; “LITERATURA ENTRE DOS MUNDOS”, “DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DE AMÉRICA”; “LOS CUADERNOS DE SOR JUANA”, “BIBLIOGRAFÍA ALARCONIANA”, “JUAN RUIZ DE ALARCÓN ANTE LA CRÍTICA....”, “PRODIGIOS NOVOHISPANOS. ENSAYOS SOBRE LITERATURA DE LA COLONIA”, “REHÉN DE LA FORTUNA (EL CAUTIVERIO HONROSO Y EL CAUTIVERIO INFAMANTE EN LA OBRA DE MIGUEL DE CERVANTES)”; CRÓNICAS: “EN NOMBRE DE ELEGUÁ”, “FULGOR ESPAÑOL. GUÍA PARA VIAJEROS DESPISTADOS POR LA PENÍNSULA IBÉRICA”;FICCIÓN:“LA VAMPIRESA DE DAKOTA” (NOVELA) Y “EL MASAJE Y OTRAS HISTORIAS DE AMOR” (RELATOS) . ---Coordinadora de la Cátedra Extraordinaria “Juan Ruiz de Alarcón” DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS (Área LITERATURA DRAMÁTICA) desde su creación, en 1998, y Becaria del Centro de Estudios Cervantinos de Guanajuato (2005-2006).

-HA OBTENIDO EL PREMIO UNIVERSIDAD NACIONAL 1993; PREMIO DE LA CÁMARA NACIONAL DE LA INDUSTRIA EDITORIAL 1991 POR “LA PALABRA AMORDAZADA”; PREMIO HUEHUETLATOLLI AL RESCATE DOCUMENTAL 1986; PREMIO DE CRÍTICA LITERARIA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ, 2000, Y RECONOCIMIENTOS DEL INSTITUTO GUERRERENSE DE CULTURA POR SU LABOR DE DIVULGACIÓN DE LA OBRA DE JUAN RUIZ DE ALARCÓN. EN 2007 RECIBIÒ EL RECONOCIMIENTO “SOR JUANA INÈS DE LA CRUZ” QUE OTORGA LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. EN 2008 SE LE CONCEDIÓ OCUPAR LA CÁTEDRA ESPECIAL “SAMUEL RAMOS” DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS. HA SIDO HOMENAJEADA RECIENTEMENTE EN ESTA FACULTAD POR 40 AÑOS DE TRAYECTORIA UNIVERSITARIA
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